
Experiencias de primera mano sobre planes de carrera para posdoctorantes con interés en trabajar para la iniciativa privada o paraestatales del sector industrial al terminar el postdoc.
Artículo original: A transition from postdoc to industry, por David G. Jensen para Science.
Traducción: Miguel Ángel Ríos, miguel.rios@scientechtraducciones.com.
Traducción: Miguel Ángel Ríos, miguel.rios@scientechtraducciones.com.
Recientemente tuve la oportunidad de reunirme con la investigadora en neurociencias Ana Mingorance después de su conferencia con posdoctorantes sobre experiencias durante la transición de la academia a la industria. Después de obtener el Ph.D. y hacer el postdoc, Ana comenzó a trabajar en investigación y desarrollo para la biofarmacéutica transnacional UCB, y después abrió Dracaena Consulting, empresa dedicada a encontrar mejores terapias para enfermedades neurológicas y enfermedades raras. Es también directora de asuntos científicos de la Dravet Syndrome Foundation, una asociación de pacientes sin fines de lucro dedicada a la canalización de recursos para la investigación de la enfermedad que le da nombre.
En su plática, Ana se enfocó en una serie de consejos cruciales para consideración de posdoctorantes, con la intención de mostrarles cómo aprovechar al máximo su tiempo en la academia y después hacer una transición lo más exitosa posible a la industria.
Estas son algunas de las lecciones que aprendió:
Escoge al asesor correcto. Cuando Ana estaba eligiendo programa, sabía que le convenía hacer ciertas cosas durante ese tiempo para que la transición a la industria fuera lo más fácil posible. También sabía que hacer tales cosas sería mucho más difícil si no tenía el apoyo de su director de proyecto. Pero en lugar de dejárselo a la suerte, tomó al toro por los cuernos con su posible nuevo jefe.
“Cuando conocí a mi director de proyecto para el postdoc le pregunté algo que resultó decisivo posteriormente en mi carrera”, dijo la conferencista. “Le dije que mi intención era trabajar en la industria después del posdoctorado”, continuó.
—¿Usted me apoyaría?
"Esta pregunta era importante para mí y no quería después ninguna sorpresa.”
“Las entrevistas son situaciones de evaluación recíproca: hay que utilizarlas para tratar de percibir si el posible director o directora va a ayudarte a tener éxito”, continuó Ana. “Tal vez a algunos de ustedes les pueda parecer una pregunta demasiado directa; en ese caso, se le puede preguntar al potencial director de proyecto sobre sus contactos y colaboraciones en la industria, y qué le parece el que sus estudiantes trabajen en una empresa después de graduarse.”
Muchos recién egresados del doctorado pescan el primer postdoc que encuentran interesados solamente en el trabajo involucrado, sin considerar cómo van a influir en su carrera las preferencias del director. Pero una de las mejores inversiones durante la trayectoria profesional es elegir un director que dé apoyo.
Elije un proyecto de interés para los empleadores en la industria. Si te interesa un puesto de investigación en la industria, probablemente te contraten por una de dos cosas: porque eres experto en alguna enfermedad o porque conoces una técnica útil.
“Idealmente, debes tener ambas”, me señaló Ana en nuestra plática después de la conferencia. “Y cuando las tienes, puedes armar una interesante plática de trabajo, algo que atrape la atención de los empleadores. Tienes que empezar a pensar en esa plática de trabajo desde el día en que eliges tu propio proyecto”.
Si ya llevas años de avance con tu proyecto y es demasiado tarde para cambiarlo, no desesperes. Trata de agendar algunas entrevistas informativas con investigadores de la industria y pídeles que te ayuden a identificar en dónde sería útil tu conocimiento especializado. Después de un par de pláticas con profesionales de la industria vas a descubrir lo que ellos ven en tu CV y poder enfocarte en eso.
Estas son algunas de las lecciones que aprendió:
Escoge al asesor correcto. Cuando Ana estaba eligiendo programa, sabía que le convenía hacer ciertas cosas durante ese tiempo para que la transición a la industria fuera lo más fácil posible. También sabía que hacer tales cosas sería mucho más difícil si no tenía el apoyo de su director de proyecto. Pero en lugar de dejárselo a la suerte, tomó al toro por los cuernos con su posible nuevo jefe.
“Cuando conocí a mi director de proyecto para el postdoc le pregunté algo que resultó decisivo posteriormente en mi carrera”, dijo la conferencista. “Le dije que mi intención era trabajar en la industria después del posdoctorado”, continuó.
—¿Usted me apoyaría?
"Esta pregunta era importante para mí y no quería después ninguna sorpresa.”
“Las entrevistas son situaciones de evaluación recíproca: hay que utilizarlas para tratar de percibir si el posible director o directora va a ayudarte a tener éxito”, continuó Ana. “Tal vez a algunos de ustedes les pueda parecer una pregunta demasiado directa; en ese caso, se le puede preguntar al potencial director de proyecto sobre sus contactos y colaboraciones en la industria, y qué le parece el que sus estudiantes trabajen en una empresa después de graduarse.”
Muchos recién egresados del doctorado pescan el primer postdoc que encuentran interesados solamente en el trabajo involucrado, sin considerar cómo van a influir en su carrera las preferencias del director. Pero una de las mejores inversiones durante la trayectoria profesional es elegir un director que dé apoyo.
Elije un proyecto de interés para los empleadores en la industria. Si te interesa un puesto de investigación en la industria, probablemente te contraten por una de dos cosas: porque eres experto en alguna enfermedad o porque conoces una técnica útil.
“Idealmente, debes tener ambas”, me señaló Ana en nuestra plática después de la conferencia. “Y cuando las tienes, puedes armar una interesante plática de trabajo, algo que atrape la atención de los empleadores. Tienes que empezar a pensar en esa plática de trabajo desde el día en que eliges tu propio proyecto”.
Si ya llevas años de avance con tu proyecto y es demasiado tarde para cambiarlo, no desesperes. Trata de agendar algunas entrevistas informativas con investigadores de la industria y pídeles que te ayuden a identificar en dónde sería útil tu conocimiento especializado. Después de un par de pláticas con profesionales de la industria vas a descubrir lo que ellos ven en tu CV y poder enfocarte en eso.

Utiliza los recursos de tu institución. Ana me dice que una de sus mejores experiencias del posdoctorado fue unirse a la asociación de postdocs e involucrarse en la organización de seminarios sobre trayectoria profesional. “Esto me ayudó a aprender sobre las elecciones de carrera de otras personas y sus motivos, a hacer más conscientes mis intereses, y además era una excelente red de asesores informales”. Escuchar lo que otros hicieron y los errores que evitarían si pudieran hacerlo otra vez es siempre una experiencia reveladora.
En general, Ana recomienda asegurarse de aprovechar al máximo lo que ofrece tu institución. Por ejemplo, comenta: “También trabajé de cerca con nuestro departamento de transferencia tecnológica y tuve la oportunidad de redactar dos patentes, algo que al principio no disfruté pero que después fue importante para los reclutadores de la industria.” Si en tu área de interés no hay oportunidades como las de Ana, ¡toma la iniciativa y hazlas realidad! Por supuesto, eso es mucho más fácil cuando tienes un director de proyecto que te respalda.
Trabaja tus redes para descubrir oportunidades. A ningún lector de “Tooling Up” se le debe recordar que la red de contactos es importante. Pero cuando pensamos en todos los puestos que no se ven públicamente empezamos a darnos cuenta cabal de esa importancia. “Muchas veces, alguien que te ha conocido y te quiere a bordo crea un puesto a propósito: eso representa un alto porcentaje de las contrataciones de personas con doctorado”. Estoy de acuerdo con Ana.
Luego continúa: “si solamente estás al pendiente de los puestos que se publican en línea solo estás viendo la punta del iceberg. Yo me aseguraba de platicar con gente de la industria en todos los congresos a los que iba. Como soy un poco tímida, me facilité las cosas revisando las listas de asistencia a las conferencias antes de ver a las personas y enviando correos para pedirles que nos juntáramos a tomar café. Eso me daba la seguridad para no acobardarme en el último momento.”
Por supuesto se necesita valor, pero incluso los introvertidos pueden hacerlo. Puede ayudarte el pensar en las redes de contacto como una herramienta necesaria para tus objetivos de carrera a largo plazo, no solo para el mercado de trabajo.
Empieza a buscar trabajo antes de necesitarlo. La transición de Ana no se dio de la noche a la mañana. De hecho, pasaron trece meses desde que envió su primera solicitud hasta que le hicieron una oferta. “Todas mis entrevistas se amontonaron justo al final de ese tiempo, así que fue un proceso muy estresante,” compartió Ana. “Un factor que me complicó las cosas fue que yo estaba haciendo el postdoc en Canadá, pero quería un trabajo en Europa”.
“Tal vez ustedes encuentren su trabajo ideal mucho más pronto que yo, o tal vez estén restringidos por la geografía y eso haga que les tome más tiempo. Pero la lección más importante aquí es no subestimar lo imprevisible del proceso de búsqueda de empleo en general. Tuve que aprender que la frustración y el estrés te acompañan todo el camino. Mi recomendación es empezar temprano y tener planes alternativos a la mano.”
Crea la suerte. Si la suerte se trata de estar en el lugar correcto en el momento correcto, Ana es una prueba de que puedes crear suerte “ocupándote”, como ella dice, o en otras palabras: involucrándote en actividades extracurriculares, yendo a congresos y conociendo gente. Así es como Ana creó las circunstancias que la llevaron hasta su oferta de trabajo.
“Al final, la manera en que encontré mi primer trabajo en la industria fue muy inesperado. “Le llamé a un investigador que había visto solo una vez en una conferencia y le pedí apoyo para contactar a alguien en su empresa y hablar sobre posibles puestos de trabajo. En lugar de eso, le pidió a un reclutador externo que me hiciera una entrevista telefónica para una vacante, aunque yo no tenía el perfil. Lo que hizo mi contacto fue ponerme en el radar del reclutador, aunque fuera para el puesto incorrecto, y eso rindió frutos”.
“Un mes después, el reclutador me contactó otra vez. El departamento de mi interés estaba creciendo y esta persona les dijo que ya tenía al candidato ideal. Todo se movió muy rápido. Pasé de entrevista telefónica a entrevista en Europa y luego a oferta de empleo en unas pocas semanas. Ni siquiera esperaron más candidatos. ¡Había aterrizado en el mercado laboral secreto!”
En mi plática con Ana, lo que me llamó más la atención fue que ella aprendió temprano en su trayectoria profesional que la gente es más importante para la carrera que las técnicas o la erudición científica. Cerró nuestra conversación con este consejo: “Como investigadores, corremos el riesgo de sobreestimar la importancia del próximo paper o un factor de impacto más alto en nuestra carrera, y subestimamos la importancia de tener un guía que nos apoye o trabajar una amplia red de contactos a través de actividades extracurriculares. Así que mi consejo para facilitar su carrera lo más posible es que se rodeen de gente que les quiera ver triunfar. Y algo más: ¡ocúpense en producir su suerte!
con Ana Mingorance
En general, Ana recomienda asegurarse de aprovechar al máximo lo que ofrece tu institución. Por ejemplo, comenta: “También trabajé de cerca con nuestro departamento de transferencia tecnológica y tuve la oportunidad de redactar dos patentes, algo que al principio no disfruté pero que después fue importante para los reclutadores de la industria.” Si en tu área de interés no hay oportunidades como las de Ana, ¡toma la iniciativa y hazlas realidad! Por supuesto, eso es mucho más fácil cuando tienes un director de proyecto que te respalda.
Trabaja tus redes para descubrir oportunidades. A ningún lector de “Tooling Up” se le debe recordar que la red de contactos es importante. Pero cuando pensamos en todos los puestos que no se ven públicamente empezamos a darnos cuenta cabal de esa importancia. “Muchas veces, alguien que te ha conocido y te quiere a bordo crea un puesto a propósito: eso representa un alto porcentaje de las contrataciones de personas con doctorado”. Estoy de acuerdo con Ana.
Luego continúa: “si solamente estás al pendiente de los puestos que se publican en línea solo estás viendo la punta del iceberg. Yo me aseguraba de platicar con gente de la industria en todos los congresos a los que iba. Como soy un poco tímida, me facilité las cosas revisando las listas de asistencia a las conferencias antes de ver a las personas y enviando correos para pedirles que nos juntáramos a tomar café. Eso me daba la seguridad para no acobardarme en el último momento.”
Por supuesto se necesita valor, pero incluso los introvertidos pueden hacerlo. Puede ayudarte el pensar en las redes de contacto como una herramienta necesaria para tus objetivos de carrera a largo plazo, no solo para el mercado de trabajo.
Empieza a buscar trabajo antes de necesitarlo. La transición de Ana no se dio de la noche a la mañana. De hecho, pasaron trece meses desde que envió su primera solicitud hasta que le hicieron una oferta. “Todas mis entrevistas se amontonaron justo al final de ese tiempo, así que fue un proceso muy estresante,” compartió Ana. “Un factor que me complicó las cosas fue que yo estaba haciendo el postdoc en Canadá, pero quería un trabajo en Europa”.
“Tal vez ustedes encuentren su trabajo ideal mucho más pronto que yo, o tal vez estén restringidos por la geografía y eso haga que les tome más tiempo. Pero la lección más importante aquí es no subestimar lo imprevisible del proceso de búsqueda de empleo en general. Tuve que aprender que la frustración y el estrés te acompañan todo el camino. Mi recomendación es empezar temprano y tener planes alternativos a la mano.”
Crea la suerte. Si la suerte se trata de estar en el lugar correcto en el momento correcto, Ana es una prueba de que puedes crear suerte “ocupándote”, como ella dice, o en otras palabras: involucrándote en actividades extracurriculares, yendo a congresos y conociendo gente. Así es como Ana creó las circunstancias que la llevaron hasta su oferta de trabajo.
“Al final, la manera en que encontré mi primer trabajo en la industria fue muy inesperado. “Le llamé a un investigador que había visto solo una vez en una conferencia y le pedí apoyo para contactar a alguien en su empresa y hablar sobre posibles puestos de trabajo. En lugar de eso, le pidió a un reclutador externo que me hiciera una entrevista telefónica para una vacante, aunque yo no tenía el perfil. Lo que hizo mi contacto fue ponerme en el radar del reclutador, aunque fuera para el puesto incorrecto, y eso rindió frutos”.
“Un mes después, el reclutador me contactó otra vez. El departamento de mi interés estaba creciendo y esta persona les dijo que ya tenía al candidato ideal. Todo se movió muy rápido. Pasé de entrevista telefónica a entrevista en Europa y luego a oferta de empleo en unas pocas semanas. Ni siquiera esperaron más candidatos. ¡Había aterrizado en el mercado laboral secreto!”
En mi plática con Ana, lo que me llamó más la atención fue que ella aprendió temprano en su trayectoria profesional que la gente es más importante para la carrera que las técnicas o la erudición científica. Cerró nuestra conversación con este consejo: “Como investigadores, corremos el riesgo de sobreestimar la importancia del próximo paper o un factor de impacto más alto en nuestra carrera, y subestimamos la importancia de tener un guía que nos apoye o trabajar una amplia red de contactos a través de actividades extracurriculares. Así que mi consejo para facilitar su carrera lo más posible es que se rodeen de gente que les quiera ver triunfar. Y algo más: ¡ocúpense en producir su suerte!
con Ana Mingorance